miércoles, 17 de diciembre de 2008

UNA NOCHE MÁS SIN ÉL

Es una noche enferma, de esas en las que la soledad acude presta para bsucarte las llagas y echar sal y limón encima. Un día le pediré tequila para ahogar mis penas en un vaso profundo y corto como la noche.
Hoy es una noche triste y perdida para esta niña ausente que ahora comienza a mudar en su crisálida y a abrir las puertas de su cárcel hacia el exterior.
Esta noche, enferma (quizás de amor, o de sueño, o ebria de melancolía y posos de gloria) es una noche clara de ideas y palabras que se enlazan unas con otras, em aturden en mis dedos cansados, rotos de amar y de amor, destruidos y marchitos bajo la piel de cristal.
MIs ojos se ciñen a su papel de plástico, poliuretano que me permite vislumbrar aún las sombras de la noche que se acercan. En mis manos queda el recuerdo del latido de mi corazón intermitente y perjudicial, en mis muñecas los restos de mis errores, en mis brazos venas rotas y luchas internas, en mis tripas un vacío que sextiende hacia más allá de mí, más allá de mis raíces, más allá de mi tierra, de mis pies,d e mi cielo, y de mí.
Esta es una noche para escribir bajo el fluir d ela conciencia, Virginia escribe sentada en mi mesa, sus ojos nublados de aguas y peces, y escribo sin ver aquello que siento o toco o muero.
Y escribo, y escribo, y escribo, yu escribo...
Porque ya he dicho que ésta es una noche enferma, pero no he contado de qué...

2 comentarios:

Durgrim dijo...

¿De melancolía? Es la peor enfermedad que se puede tener, invisible e incurable.

Nerea Ferrez dijo...

mira, acabamos de descubrir de qué me voy a morir (aunque yo ya tenía cierta idea.Sería de nostalgia y melancolía mezclada con algo de locura).