Y que hoy, releyendo los poemas que recitaré el viernes, o no, leyendo uno, he pensado en cómo sobreviviría a un ataque zombie ahora que no estás aquí para cuidarme.
Y he pensado, qué estúpida, aquí, con el corazón aún hecho trizas, cortando celo para volver a hacerlo uno, pegándome los dedos con el loctite, y pensando en muertos vivientes...
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