Al principio ella no quería saber nada de otras manos, otros besos, otros amores que no fueran el tuyo, a pesar de que el corazón y las entrañas le ardían.
Porque no eras tú.
Pasó el tiempo y otras manos, otros besos, otros amores le recorren la piel, los ojos, las manos... y se deja encender el corazón y las entrañas y le vuelve la luz.
Porque no eres tú.
Y ahora se dejará querer por amores que nunca creyó que existieran, le ha vuelto la luz a los ojos y a los labios.
Porque no serás tú.
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